Epilogo: La Paz del Ahorcado

Kraye se sentó en la entrada de la mansión. Sin más luz que el escaso brillo de las dos lunas, oculto parcialmente por las perennes nubes del Yermo, apura las últimas caladas de su pipa. La mansión, a su espalda, silenciosa y vacía. Jeremiah sabe que ha fracasado y solo le resta esperar.

A lo lejos, dos figuras marchan hacia la mansión.

...

Daedalus es todo lo contrario a la mansión. Las noticias de y los rumores sobre la conferencia empiezan a recorrer las calles. Los portavoces del Consejo hablan de acuerdo entre las partes, pero los periódicos muestran otro discurso muy diferente. Apenas unos endebles acuerdos, lo justo para evitar un retorno a las hostilidades, pero muy lejos de la paz buscada.

En la prisión de los Diez Mil Pasos, varios guardias embozados conducen a un demacrado Hiram BenShaik a sus oscuras profundidades. Hasta el momento se ha hecho lo posible para encubrir el asunto, pero es cuestión de tiempo que se sepa que Hiram, consejero delegado del Gremio, estuvo implicado en el asesinato de Ailbhe Slive, en asociación con Cathal Moran, agente de la hermética Cacería Salvaje, actualmente en paradero desconocido. Un hecho que cambia todo el significado de la guerra. Los miembros cercanos al Consejo sólo pueden conjeturar entre susurros sobre la terrible tormenta que esta revelación puede desatar. Esto poco le importa a Hiram. Sabe que es probable que la próxima vez que vea la luz sea marchando a la Plaza del Ahorcado.

Trescientos metros sobre su cabeza, en la torre del Autómata, Guiegan Slive medita en la vacía sala del Consejo. Oberón ni siquiera se ha dignado a recibir las noticias personalmente. Ni siquiera ha querido oír de sus labios que en un mes deberá abandonar su puesto como Regente. Tras haber informado a la silenciosa Reina de Sangre, ella simplemente asintió con una sonrisa. Ni ápice de indignación o furia, sólo esa peligrosa sonrisa. Su cabeza es un hervidero. Los débiles acuerdos alcanzados, lo suficiente para pacificar la ciudad solo unas semanas, la debilidad de su facción y el asesino de su hermana, un Fae, un miembro de la Cacería Salvaje. Cathal Moran y el Gremio.

Pero Guievan no es el único que tiene a Moran en sus pensamientos. En algún lugar de Daedalus, varias figuras se reúnen, sus rostros ocultos bajo negras capuchas. Uno de ello deposita unas armas en el suelo y los miembros de la Cacería Salvaje honran a su fallecido capitán Lonan Kyrenia con una silenciosa oración. Pero no es la muerte de su capitán lo que ha de preocuparles, si no que siga con vida su verdugo, Cathal Moran.

El silencioso ambiente que allí se respira es muy similar al de la mansión que preside el barrio de Soma Superior. La cabecilla de los Comecarne, la señorita Bell comparte una botella con su taciturno tío, Lord Ravenous. Solo Bourmount, les acompaña, apostado silenciosamente junto a la puerta. Tienen mucho trabajo por delante. Los acuerdos les han hecho ganar algo de tiempo, pero saben que el Gremio y Nuala no van a dejar las cosas como estan. Las primeras jaquecas comienzan a palpitar en las sienes de Ellis Bell. Para colmo de males, no sabe nada de su primo, Carlyle, quien lleva desaparecido desde que volvieron. Tiene mucho trabajo por delante si quiere recomponer su casa, aprovechando las escasas concesiones que se han realizado a su casa. Por suerte, el asesinato de Ailbe Slive ya no pesa sobre ellos. Un mensajero entra en la habitación, sin pedir permiso. Antes de poder ser amonestado, entrega un sobre a Lord Ravenous. Tras leer la carta que guarda en su interior, permanece en silencio. Ante la mirada inquisitiva de Ellis Bell, le entrega la carta. “Vuelvo a casa, mi querida familia. Firmado, Lord Barnaby II, Barón de la Casa Comecarne.”

Mientras, no muy lejos de allí, Lolait Naiv recorre las calles. Tiene que apartar lo acontecido en la mansión. Ya tendrá tiempo de encontrar a esas dos brujas. Ahora tiene una tarea más importante. Sonríe pensando en lo que Nuala trata de hacer. Insatisfecha con los vanos  acuerdos alcanzados, la dama Bauline tiene intención de pasar a la acción. Sabe que Oberon no va a abandonar su trono, esa zorra que finge ser su consorte no se lo permitira. Esta ciudad necesita un gobierno nuevo y Nuala va a dárselo, aunque eso suponga derrama la sangre de su propio pueblo. Lolait acelera el paso en dirección a su cita con aquel que se hace llamar Grain Tuamnat, el fae más odiado de la ciudad, líder de los Sangre Joven.

Sin saberlo, pasa cerca de unos almacenes en cuyo sótano, un grupo de hombres y mujeres, humanos, faes, vivos y muertos, cubiertos por el polvo y la grasa de las fábricas, aún embutidos en sus trajes de faena discuten en voz baja. Saben que si los capataces les descubren, el castigo será severo. Pero la muerte de su compañero Samyl Carbry durante las conferencias de paz pesa sobre ellos. Es una señal más de que deben actuar. Ya no basta con imprimir panfletos y celebrar asambleas en secreto. Hay que dar otro paso en el camino de la Revolución. Intimidado por la presencia de lo que creían una leyenda, su portavoz da la palabra a una figura que se mantiene apartada del resto. Las conversaciones enmudecen cuando Morley, el Gran Rebelde, aquel que incendió la ciudad de Foucault, se dirige a los miembros de la Unión de Trabajadores del Hierro y el Vapor.

A varias manzanas, entre las sugerentes luces del barrio de Luz de Espejo, el Chat Noir abre sus puertas. El local está lleno, como cada noche. Lautrec sale al callejón de atrás, dejando que una ruborizada Cassandra disfrute de la atención de las demás chicas, quienes la atosigan a preguntas. En el silencio del sucio callejón, la mujer que ahora se hace llamar Sherezade medita sentada en un portal. Lautrec la observa, preguntándole con la mirada que hará ahora que ha cumplido su venganza. Ese malnacido de Ulrick Dayne está muerto, como lo están sus antiguos compañeros. Lautrec sonríe levemente, abriéndole de nuevo la puerta del Chat Noir. Sherezade lo observa unos instantes y con un silencioso asentimiento acepta su oferta. El Marqués sonríe. Nunca viene mal tener a un ex-agente de la Observacia. No le faltará trabajo, por descontado. El Chat Noir tiene algo entre manos, su mayor función hasta la fecha. Y toda la ciudad está invitada.


Algunos de los habituales del Chat Noir abandonan el local, caminando con ebrio paso hacia la estación de la calle del Perdido, la gran estación central de Daedalus. Con suerte podrán subirse a una de las locomotoras que todavía recorren la ciudad. Bajo ésta, por debajo de los antiguos túneles de mantenimiento, en los restos de lo que solo unos pocos conocen como Bajociudad, donde Jann Liefendhal camina apresurada. Un asunto de extrema importancia la reclama. Debería estar respondiendo ante el Dogo, tanto por el apresamiento de Hiram como por la muerte del Capitán del Perro Negro, Ulrick Dayne. Pero eso puede esperar. El Dogo puede ponerse un poco más rojo de ira, el culo de Hiram deleitarse con el suelo de la prisión un día más y los del perro Negro, bueno, seguro que no tardan en encontrar otro capitán. Llega a su pequeño laboratorio, donde los tecnomagos del Gremio se mueven ansiosos entre los grandes Motores. Estos siguen apagados como siempre, pero a Jann solo le hace falta una mirada para notarlo. Algo ha cambiado. Puede sentir la energía estática acumulándose a su alrededor. Jann asiente satisfecha. Va a pasar algo. Aprieta los puños, estrujando la nota donde Barnaby le comunica su regreso. Hoy se permite una sonrisa.

Desde la Estación, puede verse uno de los cuarteles de la Milicia. Marius Keenan, apoyado contra el respaldo de su silla juguetea con una botella que lleva un buen rato vacía. Mira fijamente a la silenciosa figura de Tuco, que tras los barrotes le observa, divertido. Aunque la Guardia ha salido bien parada y por fin tiene a Tuco, muchos son los cabos sueltos. Algo le dice que Hiram y Moran no son los únicos implicados en el asesinato de Ailbe Slive, es obvio que el Gremio está detrás, pero, ¿por qué? ¿Y Moran? Aunque escapó, algo le dice que no es la última vez que le verá. Unos pasos apresurados interrumpen el curso de sus pensamientos. Un joven guardia entra. “¡El Arlequín,Capitán! ¡Han encontrado a otra chica muerta en la calle Aojadores!”

Lilith se aparta de la ventana. Puede oler la sangre derramada en las calles cercanas a su morada. Camina sinuosamente hacia donde un malhumorado Asmodeo contempla el fuego encendido. No es que los de su raza sientan frío alguno, pero es un antiguo capricho, una reminiscencia de cuando estaban vivos. Se sienta junto a Asmodeo, aunque este hace un amago de apartarla. Ignora su malhumor. Sabe que si por él fuera, habría zanjado la reunión a golpe de espada. Pero no aún no es el momento de eso. Algo antiguo está moviéndose en la ciudad, tras el telón principal. Se pregunta si Jeremiah sabría algo de verdad o solo era un viejo loco. De momento esperará, pero no será una espera ociosa.
Cuando Lilith se aparta de la ventana, Dagonet se retira a la oscuridad de las calles. Otro compañero de hermandad se le une, silenciosamente. Han encontrado a una chica muerta en Aojadores. Con suerte, podrán llegar a la escena antes que la guardia. Dagonet está inquieto. Lo acontecido en la Mansión, la criatura que dormía en sus profundidades, la historia de Valentine, los asesinatos del Arlequín. Sabe que son hechos relacionados, pero no es capaz de ver las relaciones. Se hace viejo. Si Balan estuviera aqui, sabria que hacer. Pero no es así. Y la Orden solo tiene a un anciano cansado como él para dirigirlos en su ausencia. Embozado en su capa, apresura el paso. Las campanas de la torre del Autómata, empiezan a tañer su primeras notas.

El aire huele a humedad y cera. Los salmos retumban de la catedral, como cada noche de los últimos doscientos treinta y siete años. Los monjes honran al Autómata y la negra sangre que derramó para iluminar a sus discípulos. Sus máscaras mecánicas crujen y chasquean al compás de las oraciones. El decano Rothwild avanza entre ellos, sabiendo que deberá cumplir una severa penitencia por saltarse los rezos. Bajo su brazo, un libro. Un pesado tomo escrito por el Decano Quidam hace más de un siglo. “Las brujas y su realea”, reza el título.  

Muy lejos de allí, en las altas agujas de la ciudad de Quiviria, la joven y hermosa señora de las Espinas, Neshtarel, soberana de los siete círculos infernales de la ciudad, revisa con minuciosidad el informe enviado por Lord Nechael Ura Xintragrupten, o Silas, como es conocido en Daedalus el embajador de Quivaria. Neshtarel sonríe. Los hombres que la acompañan, sacerdotes enviados desde la ciudad de Babel, se inclinan, con sus cuerpos semimecánicos emitiendo leves quejidos. -“ Mis queridos señores, buenos presagios llegan desde Daedalus. La ciudad está un paso más cerca de unirse a nuestra pequeña federación.”
….

Jeremiah da otra calada y deja que el humo se eleve perezosamente. Hace frío, pero no tiene ganas de volver a la solitaria casa y la ominosa presencia que la habita.

Valentine y Finguall hace horas que marcharon. Una apesadumbrada, la otra furiosa. Ambas intentaron convencerlo para que las acompañase, pero él se negó. No, él ya no iría a ninguna parte. Le habría gustado decirles que olvidasen todo, que tratasen de encontrar la paz de algún modo. En cambio las dejó marchar sin decir nada. Ahora se da cuenta de que es mejor el que hayan fracasado. Ellas no lo ven, todavía son jóvenes. Sólo espera que vivan lo suficiente para recapacitar.

Bradigan, o mejor dicho Phineas Shae fue el último en marchar. El antiguo pirata podría haberlo matado si hubiera querido. Al fin y al cabo, Jeremiah incumplio su parte del trato. En cambio, sólo le arrojó una mirada cargada de aprensión y marchó hacia la ciudad.

Y allí quedó él, solo con el Schanttentor. Lleva demasiado tiempo allí para escapar de su influencia. Todavía puede oír a la criatura, chillando en su cabeza. Va siendo hora de poner fin a algunas cosas. El fuerte olor de la trementina llega desde la casa. Quizás no pueda acabar con el Schanttentor, pero sí puede hacer desaparecer la mansión.

Observa al par de figuras, cada vez más cerca. Sabe quiénes son y qué buscan. Barnaby, de la Casa Comecarne y Sir Balan, un renegado de Daedalus. La criatura le anunció su llegada. También le dijo que escuchara lo que tenían que decirle y les diese lo que necesitasen.

Jeremiah lo hará. Es la última vez que sigue las instrucciones del Schattentor. Una vez acabada esa última tarea, volverá al interior de la mansión y encenderá las luces por última vez.

Personajes de la Paz del Ahorcado


A continuación, te mostramos el reparto de personajes para nuestra próxima partida, "La paz del ahorcado".

Antes de elegir personaje, te recomendamos que leas el siguiente enlace.








Guiegan Slive - Corte de Primavera ASIGNADO

A pesar de la tradición política familiar, tendente a la conciliación y a la paz a cualquier precio, este político se halla dividido entre su educación política y el ardiente deseo de venganza que le corroe por dentro desde que su hermana, Ailbhe Slive, fuera asesinada y colgada en la Plaza del Ahorcado. Fue este uno de los desencadenantes de la guerra. Durante la conferencia de paz, intentará cobrarse venganza o bien cerrar las heridas del conflicto.



Nuala Bauniie - Corte de Otoño ASIGNADO
Una de las figuras más poderosas e influyentes de la ciudad, reina de la corte de Otoño. Su ambición no conoce límites y tiene los medios para hacer cumplir su voluntad. Es bien sabido su descontento con la política de Oberón.


Lonan Kyrenia - Corte de Otoño ASIGNADO

Guardaespaldas de Lord Oberón, audaz, frío, astuto y calculador. Tan rápido con la mente como con la espada. Ha sido enviado como protector de los dignatarios fae. Aunque también se sospecha que tiene cierta relación con la Cacería Salvaje y unos motivos mas oscuros para asistir a la reunión. (C)


Lolait Niav - Corte de Otoño ASIGNADO
Silenciosa y envuelta en el misterio, es la protegida de Nuala Bauniie. El vinculo que une a ambas es todo un misterio, pero no son pocos los rumores que la apuntan como una de las ultimas brujas de Daedalus.


Cathal Moran - Corte de Primavera ASIGNADO
Todo un espectáculo andante, derrochando alegria y extravagancia, nadie sabe qué puesto ocupa exactamente este joven en la jerarquía Fae, aunque todo el mundo lo toma como el ayudante de cámara de Oberón, algo que contrasta con las peligrosas cuchillas que luce bajo la capa. (C)



Fingual Cairell - Corte de Primavera ASIGNADO
Encantadora y gentil, esta alegre Fae de aspecto infantil es una de las empresarias más hábiles y exitosas de Daedalus. Aun así, hay quien dice que no todos sus negocios son limpios.







Ellis Bell ASIGNADO
Prima política de Barnaby, joven y prometedora, se ha encargado de gran parte de los negocios de la familia hasta el momento. Busca calmar las tensiones entre los Fae y los Comecarnes y hay quien dice que incluso tiene una aventura con un Fae.


Lord Revan ASIGNADO
Hermano de Lord Ravenous y tio de Lord Barnaby. Ha vuelto a la ciudad con el fin de devolver parte de la sensatez a la casa Comecarne. Racional y despiadadamente pragmático, muchos en la casa lo ven como una amenaza.


Tuco   ASIGNADO
De origen desconocido, sirve a  Lord Revan como su actual guardaespaldas. Este siniestro personaje ha dado lugar a muchos rumores y hay quien apunta que estuvo relacionado con los misteriosos asesinatos de RedChapel.  (F/M , C)


Bormount ASIGNADO
Matón criado en las duras calles de Daedalus. Silencioso y tranquilo, actualmente es el guardaespaldas personal de Ellis Bell. (C)


Edward/Erica Carlyle ASIGNADO
Anodino y gris, hermano mayor de Thomas Carlyle, es uno de los principales empresarios de la casa comecarne, un maestro de los negocios. Por desgracia, fue gravemente herido en la pierna durante la guerra y hay quien dice que la locura comienza a cebarse en él. (F/M)






Lautrec ASIGNADO
Enigmático personaje, todo un sibarita y un vividor, parece estar al tanto de todo lo que sucede en la ciudad. Da la impresión de ser un vulgar dandy, pero hay algo inquietante y peligroso en él.


Sherezade ASIGNADO
Amiga íntima de Collette, esta hermosa mujer de rasgos exóticos encandila a sus invitados con sus narraciones. Hace pocos días, fue acusada en público por un cliente borracho de cierto renombre de ser una espía de la milicia, lo que ha enturbiado sus relaciones con el Marqués.


Cassandra
Una de las recientes incorporaciones al grupo, el por qué esta tímida joven, sin talento alguno aparente, ha entrado a formar parte del grupo resulta todo un misterio. Aunque,si el Marqués la conserva a su lado, tendrá sus motivos.




Jan Liefendahl ASIGNADO
Es la líder y coordinadora de los científicos y el sindicato del Gremio. Una devota de sus investigaciones y mano derecha del Dux Doménico. Creativa y sin embargo siempre analítica


Hiram BenShaik ASIGNADO
El líder de las diversas empresas del Gremio. Un tipo gandul y hedonista, excepto cuando se tratan temas tocantes al dinero, pues se convierte en una persona decidida y activa. No es codicioso ni cínico, lo hace por el placer del reto.


Ulrick Dayne   ASIGNADO
Comandante del Perro Negro en Daedalus. Un líder militar sin escrúpulos, movido solamente por el dinero. Una persona serena y sencilla, destila frío por sus poros. (C)




Lilith ASIGNADO
La vampira más poderosa de la ciudad. Actúa como líder de los no-muertos. Jamás tolerará nada que pueda poner en peligro la estabilidad del grupo o sus intereses.


Xipé el Desollado
Inigualable con las armas, trabaja como matón y guardaespaldas del clan. Nadie conoce el origen exacto de este ser ni su naturaleza, pero como su nombre indica, carece de piel, la cual no duda en sustituir con la de aquellos que no pagan a tiempo. (C)


Asmodeo ASIGNADO

Es el fiel esposo de Lilith y su principal consejero. Nunca se ha separado de ella y es increíblemente celoso. También es un espadachín consumado y un estratega meticuloso. (C)

Valentine Marshall ASIGNADO
Casi idéntica a cuando estaba viva, salvando el nuevo tono azulado de su piel. Esta perspicaz e inteligente joven se ha convertido, a título póstumo, en la heredera de una de las mayores fortunas de la ciudad. Aunque parece haberle traído más problemas que alegrías.





Ser Dagonet el Viejo   ASIGNADO
Guerrero veterano, ha estado en la orden desde sus orígenes. Cansado de los horrores vistos durante años, se ha vuelto taciturno y silencioso, aunque sigue instruyendo a los miembros más jóvenes. (C)

(Solo uno de los tres siguientes personajes estará en la partida, el primero en ser reservado)

Ser Morint
Luchador no muerto que sirvió a la orden durante toda su vida. Resucitado por sus enemigos, ahora vive sumido en una cruzada implacable contra el crimen, no dudando en utilizar los más despiadados métodos. (C)

Ser Herborg
Joven berseker proveniente de las gélidas tierras del norte, llegó buscando a una mujer exiliada de su pueblo. Su ferocidad en combate, así como su altruismo innato lo llevaron a ser reclutado por la Orden, aunque esto no le ha hecho dejar de lado su búsqueda.(C)

Lady Taelor
Hija de dos actores pertenecientes al Chat Noir, fue recogida por la orden tras la muerte de estos a manos de supuestos agentes del Salon Luz Fúnebre. Hábil con las pistolas, guarda un gran rencor a los no-muertos.(C)



INDEPENDIENTES


Marius Keenan ASIGNADO
Capitán de la Guardia de la ciudad de Daedalus. Sufre de ansiedad por sus errores al final de la Guerra del Ahorcado y por no haber podido capturar al Arlequín. Este asunto le obsesiona sobremanera y cae frecuentemente en el abrazo de las cortesanas de la ciudad para olvidarlo. (C)


Decano Bundry Rothwild, Emisario de la Iglesia del Autómat ASIGNADO
Adusto, severo, demasiado joven para el cargo que ostenta. Ha sido elegido personalmente por el Gran Teogonista Uther van Neder como su emisario. Nadie sabe mucho sobre él, pero los pocos que lo conocen personalmente coinciden en una cosa: hay algo inquietante en su fría mirada. (C)


Samyl Carbry ASIGNADO
Uno de las reporteros mas famosos de la ciudad, encumbrado por sus reportajes durante la guerra del ahorcado. Este prometedor joven destaca por su sagacidad y olfato para las noticias. Pese a todo, hay ciertas voces que la acusan de ser promotor de ciertas ideas revolucionarias.



Embajador demoníaco de Quivira, Lord Nechael Ura Xintragrupten Orgeuil Sakabra (Silas) ASIGNADO
Emisario de la demoniaca ciudad Quivira, enviado por la mismisima Señora de las Espinas y la corte Infernal como gesto de buena voluntad al pueblo de Daedalus. Su trabajo como mediador es ayudar a que ambas partes lleguen a un acuerdo y la restitución del comercio entre ambas ciudades.




Jeremiah Kraye ASIGNADO
Hace años, fue uno de los mayores filántropos de la ciudad. Querido por todos, el promotor de una de las mayores obras de la ciudad, el gigantesco sistema de esclusas y diques del puerto de Daedalus, "Locura de Kraye". Tras su construcción, se apartó de la vida política y social de Daedalus, retirándose a su lejana mansión en el camino entre Quivira y Daedalus.


Alexia Ciannor
Callada y silenciosa, la más pequeña de las hermanas Ciannor. Nadie sabe nada sobre su pasado ni cuando fueron acogidas por Kraye. Actualmente trabaja como sirvienta en la mansión Lucífugo.


Anastasia Ciannor
Todo lo contrario a Alexia, la mayor de las dos hermanas es todo un alarde de vivacidad y socarronería. Al igual que su hermana, trabaja como sirvienta en la mansión Lucífugo.


Bradigan ASIGNADO
Hay quien diría que Bradigan guarda cierto parecido con el desaparecido capitán corsario Phinneus Shae. Pero claro, todo el mundo sabe que Shae murió cuando su famoso buque, el "Atramento", fue interceptado y hundido por la marina de Daedalus. (C)


Introducción a la Paz del Ahorcado.





La Guerra del Ahorcado llega a su fin y los muertos se cuentan por cientos. La ciudad yace devastada. Han sido meses de combates, venganza y rencor... La Casa Comecarne y las Cortes Faes han exprimido sus fuerzas hasta agotar sus últimas reservas en un intento mutuo por destruirse... El hambre y la enfermedad recorren la ciudad. 



Los líderes de la Casa Comecarne han caído y los nuevos dirigentes saben que tienen que poner fin a la un enfrentamiento que ha llegado demasiado lejos. Las Cortes Faes son conscientes de que solo una tregua evitará que la ciudad desaparezca en el Yermo. 


Hay que sentarse en la mesa y extender los brazos hacia la paz.


¿Pero dónde? ¿Qué lugar de Daedalus es seguro? Tantas traiciones, tanta desconfianza... No hay una sola calle que no haya probado la sangre...


Entonces llegó aquel mensajero. 


Todos recuerdan a Jeremiah Kraye, el famoso filántropo que tan grandes cosas hizo por la ciudad. Hace años que partió hacia los Yermos. Cansado y decepcionado, había decidido dejar a un lado la ciudad que intento salvar de sí misma y que, desagradecida, tras consumir todo lo que le pudo ofrecer, amenazó con consumirlo también a él.


Pero es difícil dar la espalda a lo que has amado tanto y, consciente de las tribulaciones de los gobernantes de la ciudad, ofrece un lugar neutral donde todas las partes puedan sentirse cómodas. Su mansión, tan alejada de las fuerzas de todas las facciones, es el lugar adecuando para que sus líderes sean capaces de sentarse a negociar la paz.


Ahora, las delegaciones se preparan para el viaje. Los personajes mas influyentes de la ciudad marchan como emisarios, tratando de buscar el equilibrio y la armonía que tanto parece necesitar Daedalus. Saben que las negociaciones no estarán exentas de intrigas y tensiones pero, ¿qué otra solución les queda salvo confiar?


La Mansión Lucifugo les espera a todos.




***

La partida "La Paz del Ahorcado", ofrecida por la asociación Nexus Outsiders de Albacete se celebrara los días 4,5 y 6 de Octubre en la casa rural "El Paraiso", en casas de Ves, en la provincia de Albacete.


En la sección de inscripciones encontraras mas información sobre como apuntarte a esta partida y una dirección de correo donde podrás comunicarnos cualquier duda que surja.



También puedes ver un listado de todos los personajes disponibles así como información de las distintas facciones en el siguiente enlace.

Religiones de Daedalus

Carta del Diácono de Segundo Nivel Ravenor al Alto Cónclave,
 
Cumpliendo con la ruta de fe que el Sagrado Consejo me encomendó, informo de la situación de las diversas religiones en Daedalus, ciudad industrial y joya de la Costa del Perdido.
 
* * *
       

La Sacra Iglesia del Autómata


La fe verdadera tiene bien asentadas sus bases entre la población humana, que ha sabido ver la eficiencia de nuestra mecánica deidad, cuyos engranajes nos guían, eligen a nuestros líderes y nos marcan el camino preciso. El inspirado liderazgo unitario del Gran Sacerdote, prueba de los mejores tiempos que vive nuestra urbe, ya alejada de movimientos heréticos, ha hecho que parte de la población fae vuelva su alma hacia la luz de la auténtica y exacta revelación. Muchos de los faes más anclados en su rancio abolengo y tradiciones miran con recelo a los nuevos creyentes, tratándolos de advenedizos, pero como todos sabemos, una vez se acepta la luz en el corazón no hay manera de extirparla si no es con violencia.

Para proteger a los fieles, disponemos del cuerpo de voluntarios, antiguos criminales, violadores y herejes que purgan sus pecados con la sangre de los enemigos de la verdadera fe. A fecha de hoy, 27 de Marejada, sus números alcanzan los 2000 adeptos. El brazo que mantiene limpia la fe y las almas de toda la ciudad está fuerte y engrasado, pues la Sagrada Inquisición vela con su fe pura y exacta por la salud espiritual general, incluso cuando esas almas no quieran ser salvadas.

Estas armas mantienen fuerte la devoción del pueblo, y como prueba de ello, los ciudadanos no sólo la han acogido como religión oficial sino que han erigido una estatua colosal de acero, embellecida con artefactos métricos y exactos. Sus movimientos, escasos pero clarividentes, son reflejo de la perfección milimétrica con de los designios de Nuestro Autómata, su venerado Consejo y todos los Inquisidores, Sumos Sacerdotes y Presbíteros que cuidan de la maquinaria de este mundo/reino.



De los mitos, las geas y las Sagas Fae


Como ya sabrán vuesas mercedes, los fae no disponen de una religión propia per se, en su lugar adoran a sus ancestros, tanto personales como mitológicos. Ensalzan las hazañas y desventuras de su gente, y se sabe que algunos de los personajes alabados por los fae como héroes fueron conocidos personalmente por nuestro señor Oberón. Dudo de que al amado gobernante del Consejo vayan a cantarle sagas sus descendientes al desaparecer. Además de este culto a los muertos y a sus vidas, encontramos las geas, extrañas y en apariencia aleatorias imposiciones de cada individuo fae posee al nacer. Éstas pueden ir desde no hablar jamás, encontrar durante su vida objetos perdidos de una familia fae, o no llevar otro color que no sea el verde en su ropa. Supersticiones de ignorantes.

Es necesario hacer notar que a pesar de que los fae no tienen un culto oficial, sin embargo sí poseen una especie de sacerdocio, son los llamados Brujos y Brujas. Hágase notar que estos son normalmente confundidos con los Bardos, otra de las tradiciones fae más arraigadas, pero sin embargo los que confunden ambas figuras están equivocados. Si bien los Bardos son, en la acepción natural de la palabra, los portadores de las sagas y los lectores de signos en los recién nacidos (son ellos los que con su criterio alumbran la corte a la que pertenecerá el neonato y su gea); las Brujas y Brujos son una figura más bien escondida dentro del folklore de este pueblo. Se dice que escuchan los espíritus antiguos, y poseen una especie de magia herética que los Inquisidores harían bien en purgar más tarde que pronto. Son reverenciados y temidos en partes iguales, pero en mis indagaciones no pude siquiera ver a ninguno de estos ejemplares, lo que me hace sospechar, habida cuenta de la querencia de esta raza por lo escondido, que una Bruja no se diferencia en los más mínimo de una fae mundana.



La Sociedad No-Muerta


Cabe destacar que los Anales de la urbe muestran a las claras que cuando el primer fae arribó a la ciudad, los no-muertos ya estaban allí. No quiere decir que ellos fueran los primeros habitantes, pero ningún no-muerto ha respondido a quién ocupaba la ciudad cuando llegó el primer fae ni quién estuvo antes de ellos. Cabe reseñar que, dada su naturaleza, puede que alguno de los antiguos habitantes aún se encuentre entre nosotros, y teniendo en cuenta que todo lo que hacen parece parte de un plan a muy largo plazo, eso me hace desconfiar de ellos. 

Ciñéndonos al asunto que nos ocupa, constatamos que los muertos no son muy dados a compartir sus experiencias espirituales. Apenas si conseguí acceder al segundo nivel de Tártaro, pero ya desde ese segundo nivel acerté a escuchar un sonido que provenía de la profundidad del barrio, un repiqueteo digno de un metrónomo sancionado por el Autómata y un canto profundo, gutural. Rápidamente, se me llevó amablemente a otro lugar superior.

Las respuestas a mis preguntas, ya alejados de la espiral que se adentra en las profundidades de la tierra, fueron respondidas con vagueza y generalidades del tipo: rituales atávicos e iniciáticos, ceremonias de pureza… interrogados para que me describiesen algunas de estas ceremonias, el mayordomo simplemente respondió que Lilith era su “Madre” y que a ellos no les correspondía hablar de asuntos que no eran de su competencia. Por descontado que Lilith, madre y miembro del Consejo, nunca llegó a recibirme. Para demostrar normalidad, se me condujo a una pequeña capilla del Autómata, más limpia que la propia Sacra Catedral, eso y su olor neutro fue lo que me hizo pensar en que nadie pasa allí más que para limpiar. Hemos de andarnos con cuidado con estos ególatras malcriados por su “madre”, pues ellos disponen de algo que a nosotros se nos acaba, el tiempo.



De las Creencias de las Tribus Arryn


Las gentes salvajes que se asientan más allá de la ciudad, en los yermos ardientes, no siguen la fe verdadera, sino que manifiestan unas creencias impuras y sacrílegas. Sus cuentos hablan del Wurm Devorador, una bestia inmunda cubierta de espeso pelo, que asola la faz del mundo durante las noches de luna llena; los guerreros le rinden culto y visten con pieles en su honor, como animales salvajes. Del otro lado, Dunia, hija del Sol y a la vez personificación antropomórfica de la Luna, protectora de las mujeres. Esta figura, tras ser poseída carnal y atrozmente por la bestia licántropa, lloró con tal amargura que de sus lágrimas nacieron las razas que pueblan Daedalus.

Si bien se trata de blasfemias heréticas que sólo siguen las tribus foráneas, cada vez se infiltran en la ciudad más salvajes, como el chamán Vorkann Vuelo Alto, que infesta a los espíritus más débiles de la ciudad, corrompiéndolos y llamándolos a que adoren a sus falsos ídolos y sus promesas carnales y viles. Ruego una especial atención por parte de la Inquisición hacia estos aspirantes a monstruo violador.



De la Diosa Astada


Apareciendo con posterioridad a la Guerra del Ahorcado, es éste un personaje que ha causado una gran conmoción en la metrópoli. De raza aún por determinar, es característica en esta joven la cornamenta que le da nombre, y que emerge de lo que parece su cabeza, si bien no podría asegurarlo con certeza pues siempre anda entre sombras, escondida por la noche y una capa oscura que la cubre.



No sé hasta qué punto su presencia es relevante o peligrosa (únicamente la acompaña un lacayo enjuto) pero he considerado oportuno ponerlo en conocimiento de sus mercedes, dado el rumor que corre. Se dice que esta joven tiene la capacidad de retornar a la vida a aquellos que han muerto. Hay quien considera que es la encarnación humana del Espíritu del Bosque, de ahí su don para dar la vida; otros consideran que es una impostora y una vendedora de humo. Esta última acepción fue pronunciada por un no-muerto de Tártaro.



Supuestos cultos y rituales en el Chat Noir


A pesar del vox populi habitual de las bondades “culturales” que ofrece este lupanar a sus visitantes, me abstuve a entrar en la guarida del vicio y el placer para, según dicen algunos, ver sus “rituales” y “ritos”. No dejan de ser esclavos de la carne los que llaman a lo que hacen el el Chat Noir divino, religioso o trascendente.

No aburriré al Cónclave con historias más propias de un adolescente calenturiento que de un estudioso de la Sacra Iglesia.




Sin más asunto que tratar, y esperando ansiosamente la llamada del Alto Cónclave para exponer ante ellos mis averiguaciones, me despido. Paz en el Autómata.