Cronología de la Guerra del Ahorcado. Parte II

Ilustre y apreciado Morion. Como te prometí en mi anterior epístola, adjuntote la segunda parte de "La Guerra de los Ahorcados" de Correti. Espero que disfrutes de su lectura tanto como yo disfruto de algunos de sus recuerdos.

(...) Después de este escalofriante y macabro suceso, la Casa Fae, presa de una furia justiciera contenida, exige la entrega de los responsables y su comparecencia ante la Justicia del Consejo. La respuesta de Lord Ravenous no pudo ser más clarificadora y cruel. El silencio, el chasquear de ballestas y las explosiones de los mosquetes de sus leales y recién formados lansquenetes. Los choques entre la Guardia y las milicias de los Fae y los combatientes de los Comecarne se recrudecen y a partir de este momento ya se puede hablar sin tapujos de una guerra civil abierta. Se impone en toda la ciudad el toque de queda, y no como una medida de represión, si no para proteger los intereses, las propiedades y las vidas de los ciudadanos no beligerantes. Si bien hemos de aclarar que a estos niveles del conflicto éstos no eran muy numerosos. Simultánea y silenciosamente, el Gremio comienza a retirar sus milicias y, un mes después del asesinato de la dama Ailbhe Slive, prescinde de los servicios de la compañía del Perro Negro, excepto de una centena de soldados veteranos y de su comandante Ulrick Dayne, que sigue a fecha de hoy a sueldo del Gremio. Es ipso facto contratada por la casa Comecarne, desequilibrando la balanza de las operaciones militares a favor de los Comecarne. Además de disponer del mejor armamento ahora que el Gremio estaba planeando su defección, con la compañía del Perro Negro se hicieron acreedores de la superioridad numérica y de la experiencia militar más consumada. Por suerte, la cerrazón a la que el Gremio sometió toda ruta de tránsito que entrase o saliese de Daedalus evitó que más mercenarios probaran el sabor de la sangre de la ciudad y, como tiburones ávidos de carnaza, corrieran a aceptar el dinero Comecarne.

En este punto crítico, muchos son los faes descontentos con la política, tal vez demasiado conservadora, sutil y mezquina, que Oberón tenía puesta en marcha. El llamado por sus seguidores Graìnn Tuamnat, que significa en idioma de los Sidhe "el líder del pueblo que inspira terror", se auto proclamada líder verdadero de los fae, de los llamados Sangre Joven. Los registros anteriores a la guerra no hablan sobre esta figura, pero al contrario que otros muchos mitos, este es tan real como la niebla tóxica que solía asomar por Bajo Arrabal antes de ser arrasado. Y su voz se hizo muy fuerte en muy poco tiempo, y sus orígenes se funden con el mito. Panadero, herrero, miliciano, acogedor de refugiados... por cada barrio hay una historia sobre esta leyenda viva, y no es nuestro cometido el discutirla en esta crónica.

Los Sangre Joven y los clanes humanos que no habíanse dejado seducir por un bando se agrupan por separado, persiguiendo sus propios objetivos independientes, haciendo que Daedalus cayera en una espiral de odio y violencia nunca vista en la ciudad. Oberón pierde, en este punto, todo control efectivo sobre la ciudad. Pero por si esto no fuera poco, los eventos posteriores acabarían por poner a la casa Fae en una dialéctica interna que pudo haber acabado con el final del ilustre linaje.

Y este evento sería la trágica e inexplicable desaparición de la señora de la Corte de Primavera de los Fae, Dáirine. Los Fae recurrieron incluso a la ayuda externa, la de la Gran Magus de los tecnócratas del Gremio, la dama Jann Liefendahl, pero aún así no se obtuvo resultado alguno. Es por ello que en esta límite disyuntiva, Oberón decide enviar a sus mejores y más experimentados soldados, la llamada Cacería Salvaje, a encontrar a la Dama Dáirine. Aprovechando la ausencia de los mejores paladines de su enemigo, Lord Ravenous ordena el ataque frontal a toda casa noble fae de la ciudad, desperdigando sus milicias en una orgía sangrienta y destructiva, la "Noche del llanto de la Doncella". La semana subsiguiente, la ciudad arde debido a la fuerza de los ataques Comecarne, pero este confiado ataque total acabará en un desenfrenado acto de destrucción mutua, pues al atacar con todo su aliento, la casa Comecarne muestra sus debilidades más evidentes.

Un pequeño grupo de operativos de la Cacería Salvaje liderado por Lonán Kyrenia, que hostigaba Soma Superior en búsqueda de la señora suprema de los Fae, ve un punto débil y, desoyendo las órdenes de sus superiores, asalta con éxito la residencia de Lord Ravenous. La batalla subsiguiente acaba con la cruel muerte del señor de los Comecarne, cuyo cadáver fue inidentificable debido a las innumerables heridas que la Cacería Salvaje le propinó, y con el aprehendimiento del heredero, Lord Tenderton Comecarne.

Esta magistral y eficientemente ejecutada maniobra bélica obliga al heredero Comecarne a la rendición y, dos días después, decide retirar sus efectivos de las calles. El Gremio abre las piedras de tránsito para permitir la retirada de los mercenarios extranjeros, sin embargo este hecho creará un precedente que probablemente tengamos en pagar todos en un futuro no muy lejano.

Marius Keenan, capitán de la Guardia, acudió a donde la Cacería Salvaje tuvo aprisionado a Lord Tenderton y, después de detenerlo legalmente, disponen su traslado a su cuartel en el viejo torreón de la Plaza Inclinada. Durante el tránsito, grupos de Fae Sangre Joven, humanos descontentos y ciudadanos agraviados, interrumpen la marcha, exigiendo la entrega de Lord Tenderton para aplicarle el ojo por ojo. Keenan y sus hombres se verán desbordados después de varias horas de discusión y conflicto, y pierden la custodia de su reo por la fuerza. Los responsables de este acto fueron principalmente los Sangre Joven liderados por Graìnn, que clamaron vendetta por el asesinato de la dama Ailbhe Slive. Después de tomar por la fuerza al heredero Comecarne, entre soflamas incendiarias y maltratos, lo arrastran a la antigua plaza de las Gárgolas, donde, sin juicio previo, es ahorcado en el mismo lugar que la doncella fae. Las milicias de lansquenetes Comecarne restantes entregan las armas. La plaza se renombra popularmente como Plaza de los Ahorcados. La guerra civil finaliza. (...)

Amigo y afecto Morion, espero que tu curiosidad se haya sosegado, y que pronto mi persona y mi querida ciudad reciban tu visita desde la imponente e indulgente ciudad de Quivira. Necesitamos de vuestras enseñanzas y esperamos ansiosamente vuestra visita. 

 Tu camarada: 

Roviro Zamnon, casa Comecarne.

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